1995. Vampire in Brooklyn. USA. Director: Wes Craven.

Estupenda ambientación tétrica
Siento ir en contra del sentir general, pero Un vampiro suelto el Brooklyn es una comedia de las mejores en la trayectoria de Wes Craven y no menor entre los trabajos de Eddie Murphy.

Aunque se vende como "comedia de terror", es en realidad una comedia ligera, con toques de suspense. La película no fue un taquillazo en su momento, pero ocupó un notable puesto 82º respecto de las 280 películas más vistas estrenadas en USA en el 1995, año en el que Toy Story era la opción más visitada por los espectadores (fuente: Boxofficemojo).

La película no tiene su punto fuerte en el apartado interpretativo. Es cierto que Murphy está muy sobreactuado, con un vestuario que recuerda en cierta forma el estilo de Candyman (1992), con esa larga garbardina negra. En el apartado técnico, las cosas no mejoran. Así, la puesta en escena es una de las peores bazas. Craven nunca dominó bien este punto, aunque en Pesadilla en Elm Street (1984) le saliera bien la jugada. El guión no destila tampoco grandes dosis de ingenio, llegando a ser muy absurdo en ocasiones.

Las calles del barrio de Brooklyn
Sin embargo, lo más interesante de la película es la ambientación tétrica en los suburbios de Brooklyn, con esas callejuelas destartaladas y misteriosas, con un aspecto tétrico y desalmado, donde todo puede ocurrir.
La película tiene un buen trabajo en iluminación y escenografía, que hacen que merezca la pena. El ambiente es tenebroso, con una nebulosa constante que inunda la pantalla y un rodaje que explota la noche, protagonista también de la obra.

Vampiros negros
Es también destacable que los actores protagonistas y figurantes sean mayoritariamente negros, lo que hace que sea uno de los pocos films vampíricos de factura afroamericana, con una estética similar a Noches de Harlem (1989), película dirigida y protagonizada por Eddie Murphy.

La película, por otro lado, no deja de ser una vuelta de tuerca a la obra Amor al primer mordisco (1979) de Stan Dragoti, un film semejante donde el mismísimo conde Drácula decide ir a Nueva York a buscar una mujer para pasar el resto de sus días. La obra de Dragoti tuvo un notable éxito de público en EE.UU, aunque en España pasó bastante desapercibida.
En todo caso, Un vampiro suelto en Brooklyn no es ni de lejos lo mejor de la comedia de terror vampírica. Antes, merecería la pena destacar las geniales Mordiscos peligrosos (1985), Noche de miedo (1985), Jóvenes ocultos (1987), Los viajeros de la noche (1987) o Besos de vampiro (1989), entre muchas otras.

Un film entretenido del montón
Resumiendo, la película merece la pena por su peculiar estética tenebrosa y sus localizaciones en esas calles apocalípticas del Brooklyn nocturno, además de ser una producción entretenida.
