1989. Driving Miss Daisy. USA. Director: Bruce Beresford.
Recordar que Paseando a Miss Daisy es el film ganador del Óscar en 1989, un premio que yo hubiese entregado a El club de los poetas muertos, una película con más injundia y de mayor relieve.
Cuando vi Paseando a Miss Daisy en mi adolescencia me gustó mucho. Quedé atrapado por el personaje entrañable del chofer negro, interpretado por Morgan Freeman, y por esa banda sonora tan pegadiza.
Demasiado maternalismo
Hoy este film me despierta dudas. Porque una película no sólo se basa en impresiones, sino también en cuestiones socio-políticas. Y visto hoy día hay cosas que no me gustan. Y es que la película puede esconder un mensaje paternalista o maternalista de aceptación de los negros, desde la posición de empleados del hogar para las familias ricas norteamericanas.
Buenismo edulcorado
Trasladando nuestra mente al período esclavista de USA, la película podría tener cierto aspecto de buenismo.
¿Quién no está de acuerdo en que un chofer / mayordomo / criado acabe teniendo más que buenas relaciones con su señora / ama? Esto ya se vio en Lo que el viento se llevó y parece un recurso que da buenos resultados en taquilla. El amo reconoce en el esclavo humanidad. Hasta ahí, podemos estar de acuerdo en que la película no denigra al otro.
Sin embargo, es imposible evitar sentir cierta repulsión hacia el clasismo que interpreta Jessica Tandy, que sólo al final de la película logra limar. Y eso que es una de mis actrices favoritas, pero su personaje no me es simpático, por razones evidentes.
En el fondo, la película ofrece la enseñanza de que el rico y poderoso se apiada y hasta encandila del pobre dependiente. En sí, el mensaje no es demasiado malo. Siempre es preferible el paternalismo/maternalismo al apartheid.
Sin embargo, siempre cabe pensar en que lo verdaderamente importante de las relaciones humanas es el logro de relaciones de igualdad, sin amos ni esclavos... algo que la película no puede desarrollar, porque en la historia el amo siempre tiene las llaves y controla las puertas de la vida.
Clasismo
Sin embargo, es imposible evitar sentir cierta repulsión hacia el clasismo que interpreta Jessica Tandy, que sólo al final de la película logra limar. Y eso que es una de mis actrices favoritas, pero su personaje no me es simpático, por razones evidentes.
En el fondo, la película ofrece la enseñanza de que el rico y poderoso se apiada y hasta encandila del pobre dependiente. En sí, el mensaje no es demasiado malo. Siempre es preferible el paternalismo/maternalismo al apartheid.
Sin embargo, siempre cabe pensar en que lo verdaderamente importante de las relaciones humanas es el logro de relaciones de igualdad, sin amos ni esclavos... algo que la película no puede desarrollar, porque en la historia el amo siempre tiene las llaves y controla las puertas de la vida.
Más allá de esta crítica de índole político-económica, considero estimable la película porque los personajes están excelentes, la música inigualable y la dirección sobria. Quizás, si la historia no fuera tan maternalista hubiera llegado a ser una obra mayor.
El éxito de esta obra en Estados Unidos guarda relación con su pasado racista. La obra puede invitar a la superación de prejuicios, si bien hay mejor cine para reflexionar sobre los derechos humanos.
El éxito de esta obra en Estados Unidos guarda relación con su pasado racista. La obra puede invitar a la superación de prejuicios, si bien hay mejor cine para reflexionar sobre los derechos humanos.
