2001. Argentina. Directora: Lucrecia Martel.
Gran título
La película La ciénaga (2001) de Martel es muy sincera. El título no engaña. Ofrece lo que indica: cieno.
Este lodo blando de la película está presente en cada escena, a través de la apatía de los personajes y el sinsentido de sus vidas; en la construcción narrativa absurda donde se mezclan escenas sin ton ni son; y como protagonista que atrapa y envuelve a los personajes. Es una película sucia, húmeda y asfixiante. Sin duda, la directora no estaba muy optimista que digamos.
El film se centra en el baño de unas jóvenes mujeres de una familia numerosa y de clase alta. A través de los personajes vamos viendo la carencia de sentido de les inunda, donde se respira una ausencia de valores y una dejadez y pasividad en la forma de vivir. La ciénaga es un film sombrío que llama la atención sobre la degeneración de los seres humanos, cuando están volcados hacia el materialismo y a la idea de que el ocio es el mayor bien.
La película tiene un ritmo muy lento que trata de hipnotizar al público. El film trata de expresar la idea de un mundo caótico, donde nada tiene sentido y los personajes están sumidos en una nebulosa de desesperación.
No obstante, La ciénaga no es una película de coleccionista, un film que invite a verlo por segunda vez, ya que cualquiera de nosotros puede hacer de observador participante en los espacios vacíos que ha creado el capitalismo, como los grandes shoppins, donde el gentío va de un lugar para otro, hiptonizado por las marcas de las ropas, baratijas y perfumes.
Una película contemplativa
En mi opinión, la propuesta de Lucrecia Martel, resulta interesante como tratado filosófico del vació en el que sumergen las vidas de aquellos que olvidan la actividad intelectual y se vuelcan en el mundo del pasatiempo y del ocio.
Dedico esta crítica o comentario a Lucrecia Martel, por lo arriesgado de su propuesta.
- Puntos positivos: su reflexión sobre el vacío de las vidas humanas.
- Puntos negativos: falta de ritmo.
