1921. The Phantom Carriage. Suecia. Director: Victor Jöström.
Pagarás con la guadaña por tus pecados
La carrera fantasma (1921) es una película muda y en blanco y negro del género dramático con tintes de suspense, basada en una novela de la galardonada con el Premio Nobel, Selma Lagerlöf. La producción está considerada una de las joyas de su director, Victor Sjöström.
La película es difícil de ver no sólo por el hecho de que sea muda, sino por la parsimonia con la que están rodadas las escenas.
Leyendas sobre la muerte
El film La carrera fantasma se adentra en el terreno de las leyendas fúnebres. Narra la historia de un borracho que es condenado a conducir durante un año un carro fantasma de la muerte: la carreta fantasma, encargada de recoger las almas de los muertos. El borracho es condenado, debido a que es el último muerto (asesinado por sus dos amigos), antes de terminar el año, entre todos los pecadores del mundo.
La película La carrera fantasma tiene escenas de gran belleza visual como la que se recoge en la carátula principal, en la que se ve a la carreta fantasma en medio de un paisaje yermo y desolador.
Vemos cómo el carro atraviesa los mares y surca los caminos en mitad de la noche, logrando crear una sensación fantasmágorica muy especial, que podría recordarnos a las "Leyendas" del escritor español Gustavo Adolfo Becker.
La carrera fantasma es una película difícil porque su relato empieza por el final, siendo el resto un conjunto de flasbacks donde se nos muestra la vida licenciosa que había llevado el protagonista, el cual había traído a la bancarrota a su familia y propiciado que Edit, una misionera que se preocupaba de él, padeciera una agónica muerte a causa de la tuberculosis.
Victor Sjöström, el protagonista de la emblemática Fresas Salvajes (de Ingmar Bergman) hace un buen trabajo interpretando al protagonista alcohólico que lleva a su familia a la perdición. En los inicios del cine no era tan descabellado que el director tuviese a la vez un papel protagonista en sus escenas, como sucede con el cine de Charles Chaplin o Buster Keaton.
Una escena fantasmal
La película La carrera fantasma merece la pena por aquella escena de la carreta fantasma surcando los caminos como una especie de dínamo maldita que arrasa todo lo que se encuentra en su camino. Otro elemento, también interesante, es el conductor del carro, que camina con su semblante siniestro y su guadaña hacia los cuerpos para recoger las almas que se deprenden de estos al morir. Así mismo, el film tiene una escena muy similar a la que luego veríamos en El resplandor de Stanley Kubrick, donde el protagonista rompe una puerta con un hacha mientras persigue a su mujer e hijos.
La fantasía como un cuento
El cine escandinavo siempre me transporta al mundo de los cuentos. Y es que no pocas semejanzas con La palabra de Bergman se me despertaron cuando veía el film. Me recuerda al cine hogareño de Bergman y su filia por la delicadez y artesanía con la que filma sus escenas.
Otra referencia cinematográfica de la que cabe acordarse es El cuento de navidad de Dickens, ya que la película se nos presenta como un flasback, además de como una incursión en el mundo de los recuerdos, a la vez hay un tono moralista sobre el sentido que le damos a nuestras vidas. En este cuento, el protagonista vuelve al pasado para evitar una desgracia sobre su familia.
En todo caso, como he mencionado en los primeros párrafos, La carrera fantasma es una película difícil de ver, con unas escenas que a veces parecen interminables y la peculiar mirada filosófica del cine escandinavo más moralista.
A esta película la considero por delante de obras como El Golem, El hombre y la bestia, Erotikon o Las dos tormentas, estrenadas el mismo año. No es santo de mi devoción, pero es un obra excelente para el año en el que fue rodada.
- Puntos positivos: gran ambientación e interesante relato.
- Puntos negativos: su lentitud y parsimonia.
