1990. Cry Baby. USA. Director: John Waters.
La película Cry baby (1990), conocida en España como El Lágrima y en Argentina como Llora nena es una de mis comedias-musicales favoritas de la historia del cine y un clásico del cine Kitsch.
El kitsch al poder
Para ver esta película, hay que saber reconocer que estamos ante un sub-producto del cine, un film de estética kistch que se lo debe todo a la imagen, la música y la puesta en escena, más que a un guión consistente.
Es quizás una de esas películas que siempre quieres ocultar en tu lista de favoritas, por su estética tan subversiva.
Cry baby ocupa el puesto 105 de un total de 226 películas estrenadas en USA en 1990, año en que Solo en casa era la que se ganaba el corazón de las masas en la taquilla (Fuente: Boxofficemojo). Sus 11 millones de dólares de presupuesto fueron una partida algo desmedida, si tenemos en cuenta que en Estados Unidos consiguió recaudar tan solo 8,2M, teniendo que amortizar el film en el mercado internacional, algo que no dudo que consiguiera.
La película nos cuenta la historia de un joven delincuente y líder de una banda de granujas y gente de vida licenciosa, que se enamorará de una de las chicas más guapas del instituto, que casualmente pertenece a una de las bandas opuestas, caracterizada por su culto a las buenas apariencias y el seguimiento del orden y la disciplina.
Cry baby (1990) es una película acerca del conflicto entre bandas, recuperando el viejo espíritu de la obra clásica de Romeo y Julieta, pero transportando la historia al peculiar universo de John Waters, un director que ha ido depurado cada vez más su estilo. Si Pink Flamingos (1972) o Polyester (1981) representan un cine underground poco digerible, con Hairspray (1988), Waters iniciaría un camino más sofisticado, que ha continuado en las más logradas Los asesinatos de mamá (1994) o Pecker (1998).
Hablar de Cry baby es hacerlo del género kitsch, que no es otra cosa que la idea de copiar otros estilos de una forma menos elaborada o jugando con la parodia. En esta película, se trataría de reconvertir el mundo crudo y siniestro de las pandillas en una amalgama colorista de transgresión, morbo y sensualidad.
Lo cierto es que no soy muy aficionado al sub-género kitsch, en el que habría que incluir films como The Rocky Horror Picture Show (1975) o Grease (1978), entre otras. Sin embargo, este tipo de películas me acaban gustando por su tono de comedia y el canto optimista a la vida de una juventud soñadora. Cry baby reúne estas cualidades a la perfección, logrando contagiar al espectador de ese espíritu fogoso por el que se apela a vivir la vida con gran intensidad.
Si analizamos la película desde el punto de vista del contenido, estamos ante una historia insulsa de luchas entre bandas por la conquista de la bella amada. Sin embargo, desde el punto de vista del guión, el film resulta inteligente y consigue lograr que te rías a costa del desenfreno de los personajes, que parecen salidos del casting de frikis más exigente de la historia del cine. Enumerar cada uno de ellos nos daría para rato, pero cabe mencionar el papel estelar de la actriz de cine adulto Traci Lords.
Además de ser una comedia, El lágrima es también un musical, lo que hace que su parecido con West Side Story (1961) sea considerable, puesto que ambas obras abordan el sistema de pandillas y entroncan con la obra "Romeo y Julieta" de Shakespeare.
Como curiosidad, mencionar que la actuación de Johnny Deep como El Lágrima, junto a Eduardo Manostijeras, estrenadas el mismo año, le catapultarían directamente a la fama. Recuerdo que este actor generó su legión de seguidores, entre los que me incluía, de adolescentes que se dejaban frondosos "tupés" del estilo de "El lágrima", algo así como sucedería con el "pelo a tazón" que impuso entre los chicos Leonardo Dicaprio, gracias a su interpretación en Titanic (1997).
En definitiva, Cry baby es una comedia simpática que resulta divertida en su parodia del sistemas de pandillas, a las que teníamos la costumbre de ver como parte de un fenómeno más amenazante (recuérdese Salvaje, 1953). Sin embargo, la película tiene la virtud de lograr caricaturizar a la perfección a los jóvenes pandilleros de los institutos. Y ¡cómo no sentir cierta compasión simpática hacia ellos, cuando descubrimos que todavía piensan y actúan como niños!
Le dedico esta crítica o comentario a todos los aficionados al rock and roll.
- Puntos positivos: su retrato paródico de las pandillas escolares, desmontando toda la mitología en torno a sus jefazos y matones.
- Puntos negativos: el guión podría haberse trabajado mucho más; ciertas escenas están demasiado cargadas de elementos muy repetitivos.
- Película favorita de: Félix Redondo (autor-blog).