1959. The last days of Pompeii. Italia. Director: Sergio Leone.
La mejor producción italiana sobre romanos
Los últimos días de Pompeya (1959) es, a la par que una de mis películas favoritas, un peplum brillante que narra la rebelión de los habitantes pompeyos contra el Imperio Romano.
Aunque el film no ha recibido críticas demasiado buenas, aprovecho para recalcar que en su dirección está el destacado Sergio Leone y que su ambientación resulta embaucadora.
Aunque el film no ha recibido críticas demasiado buenas, aprovecho para recalcar que en su dirección está el destacado Sergio Leone y que su ambientación resulta embaucadora.
Parece evidente que estos soldados romanos, así como la producción misma, no tienen que ver nada con otros que aparecen en Ben Hur (1959), Espartaco (1960) o Cleopatra (1963).
Al cine péplum italiano nunca le interesó asemejarse a las producciones estadounidenses acerca de la Antigüedad clásica. Debido a sus recursos limitados, suplió los grandes decorados e ingentes localizaciones de Hollywood, por guiones más efectistas con batallas y luchas incesantes y mucha más acción.
Al cine péplum italiano nunca le interesó asemejarse a las producciones estadounidenses acerca de la Antigüedad clásica. Debido a sus recursos limitados, suplió los grandes decorados e ingentes localizaciones de Hollywood, por guiones más efectistas con batallas y luchas incesantes y mucha más acción.
Los últimos días de Pompeya es una de las obras más atractivas del cine y de las que más veces ha sido adaptada a la gran pantalla. Lo fue en 1913 bajo la dirección italiana de Caserini; también en 1935 en un film estadounidense con Ernest B. Schoedsack como realizador; en 1959 en el film que nos ocupa bajo la dirección italiana de Leone; y por último en 1984 en otra producción italiana rodada por Peter R. Hunt.
Sin embargo, una vez más hemos de darles las gracias a los italianos por haber enriquecido todos los géneros, en ocasiones superando los precedentes, como es el caso de Hasta que llegó su hora (1968), también de Leone y, a la par, séptima sinfonía del western.
Los últimos días de Pompeya tiene que ver con ese enfrentamiento tantas veces abordado entre el cristianismo y el Imperio romano, que veía amenazados sus dioses paganos. Así lo vemos en obras como: Quo Vadis, 1951; Barrabas, 1951, La túnica sagrada, 1953; La historia más grande jamás contada, 1965, etc.
El film que nos ocupa es, en mi opinión, el mejor péplum italiano, por encima de otras propuestas italianas sobre romanos también buenas como Escipión el Africano (1937), Atila: Hombre o demonio (1954) o Rómulo y Remo (1961). Dejo aparte otras películas sobre sobre la Antigüedad Griega (no romana), ya que en este caso me decantaría por El coloso de Rodas (1961), como mi producción italiana favorita.
La poética de Sergio Leone, quien se hizo cargo del film por la baja precipitada de Mario Bonnard, se nota en las imágenes de la película, que tienen un gran lirismo, pese a que hay un abuso del efectismo bélico y pirotécnico y una afección a mostrarnos hasta la saciedad los bíceps y pectorales de los actores, particularmente del protagonista Glauco (Steve Reeves).
El film Los últimos días de Pompeya tiene a su favor una ambientación muy lograda, con algunos pasadizos laberínticos que entroncan con El coloso de Rodas (1961), producción que el director italiano dirigiría dos años después.
Además del mencionado Steve Reeves, auténtico icono del péplum (La batalla de Marathon, Rómulo y Remo, 1961), sobresale en el film la interpretación del español Fernando Rey, en el rol del antagonista sacerdote Arbaces.
Como curiosidad, mencionar que el film cuenta con el doblador habitual de Charlton Heston en el ámbito de España, (Rafael Navarro), habiendo dejado su voz para la eternindad en obras como Los diez mandamientos (1956) o Ben Hur (1959).
En definitiva, sin ser una película excelente, Los últimos días de Pompeya permite introducirnos en el mundo romano a la perfección. En mi opinión, aunque es una producción de recursos limitados, podremos ver foros romanos, santuarios religiosos, aposentos palaciegos, galerías subterráneas, un anfiteatro con leones y hasta la erupción del volcán del Monte Vesubio.
Recuerdo el impacto que me produjo de niño la escena del volcán Vesubio eruptando y mi asombro al ver cómo la tierra se estremecía y crujía, ante la lava que estaba a punto de acabar con la ciudad. Un final redondo.
Dedico esta crítica a los amantes de las películas de romanos.
- Temas: romanos, cristianismo, herejías, religión, etc.
- Puntos positivos: ambientación sugerente, puesta en escena vibrante, buenos efectos sonoros.
- Puntos negativos: malas interpretaciones, realización irregular.
- Películas similares: Escipión el Africano (1937), Quo Vadis (1951), Barrabas (1951), La túnica sagrada (1953), Atila: Hombre o demonio (1954), Rómulo y Remo (1961), La historia más grande jamás contada (1965), etc.
