1960. For a few dollars more / Por unos pocos dólares más. Italia. Director: Sergio Leone.
Notable producción de la Trilogía del Dolar
La muerte tenía un precio (1965) es una de las películas más exitosas y rentables del director italiano Sergio Leone, quién con un presupuesto de 600.000 dólares consiguió recaudar 15 millones sólo en la taquilla USA.
Es, sin duda, todo un éxito para tratarse de una producción italiana, aunque sus cifras de recaudación estén lejos de los 150 millones de dólares que consiguió la película más taquillera de aquel año, Sonrisas y lágrimas.
Este film tuvo el mérito de contribuir al despegue definitivo del spaguetti-western, demostrando que no tenía nada que envidiar a las películas John Ford. Se trata de una de las propuestas más efectistas de Sergio Leone, aunque con menos dosis de pirotecnia que en la primera parte de la Trilogía Por un puñado de dólares. A su vez, la película no contiene tanto lirismo como tendrían producciones posteriores, del estilo de Hasta que llegó su hora (1968) o Erase una vez en América (1984).
El título que se le dio en Hispanoamérica a la película Por unos pocos dólares más es muchísimo más preciso y respeta la traducción original. Y es que el film no es más que una nueva incursión en el género de caza tesoros/asalta bancos, como también lo es el resto de la llamada trilogía del dólar de Sergio Leone, junto con Por un puñado de dólares (1964) y El bueno, el feo y el malo (1966).
Cabe añadir que el film ¡Agáchate, maldito! (1971) es otro trabajo del director que también podría encuadrarse en esta temática, al menos en su comienzo, aunque posteriormente acabe por centrarse en la “Revolución mexicana”.
Cabe añadir que el film ¡Agáchate, maldito! (1971) es otro trabajo del director que también podría encuadrarse en esta temática, al menos en su comienzo, aunque posteriormente acabe por centrarse en la “Revolución mexicana”.
La película comienza, continúa y termina con tiroteos. Hasta en los momentos que parecen muertos no deja de salir metralla de las pistolas, como cuando Clint Eastwood y Lee Van Cleef se ponen a prueba. Por cierto, que esta escena es de verdadera antología poética del western, viendo como los sombreros de los protagonistas son objeto de tiro al blanco, en un duelo de dimensiones épicas.
La novedad de este film con respecto a su primera parte Por un puñado de dólares (1964) es la incorporación de Lee Van Cleef como co-estrella, junto a Clint Eastwood, los cuales participarían ambos nuevamente en El bueno, el feo y el malo (1966), dado el buen resultado en taquilla del film.
Desde un punto de vista moral, Leone no se posiciona en ningún momento a favor de ninguno de estos bandidos, aunque muestre una cierta simpatía por Eastwood, habituado a tener un rol con mayor nobleza y negarse a dar muerte a personajes que no fueran verdaderos asesinos.
En todo caso, hay que tener presente que el plantel que nos presenta Leone representa todo un compendio de anti-virtudes: ladrones, asesinos, renegados, ajusticiados, fugitivos… ¿Quién da más? Así pues, la popularidad de la película sólo puede entenderse desde el “sorprendente atractivo” que estos personajes generan en la pantalla, más allá de que en mundo real no tendrían un pase en la sociedad.
Quizás haya llegado también la hora de cuestionarse por qué razón los “héroes” del film resultan hasta cierto punto seductores, ya que el espectador no tiene criterios suficientes para juzgar si merece la pena identificarse con Van Cleef o Eastwood sólo porque parezcan menos perversos que Gian María Volonté (El Indio) y sus secuaces. Sólo al final nos enteramos de los motivos que mueven al Coronel Mortimer (Van Cleef) en esta aventura épica donde las recompensas acaban siendo no sólo monetarias, sino tienen que ver con el desgarro sentimental.
En todo caso, no olvidemos que la película es más un ejercicio de estilo propio que la narración de un gran relato con mensajes profundos. Pero este fallo no es sólo de Leone, sino de la mayor parte del cine que se estrena en las salas, entretejido con altas dosis de dinamita.
En definitiva, La muerte tenía un precio es una gran oportunidad para recrearse con la simbología del western bajo la mirada poética del italiano Sergio Leone y disfrutar de la composición musical excelsa de un genio como Ennio Morricone.
- Diálogos de cine:
(1)
- Monco: dime coronel, ¿tú has sido joven alguna vez?
- Coronel: sí y también inconsciente como tú, hasta el día que me ocurrió la hora, que me hizo amar la vida como todas las cosas.
- Monco: ¿y que fue? ¿es acaso una pregunta indiscreta?
- Coronel: no, las preguntas nunca son indiscretas. Las respuestas sí lo son a veces.
(2)
- Coronel: bueno, no quisiera empezar la discusión de nuevo, pero creo que olvidas un pequeño detalle.
- Monco: ¿cuál?
- Coronel: que yo también voy tras el Indio.
- Monco: ¿sí...? Después que yo.
- Coronel: o antes que tu, o al mismo tiempo.
- Monco: ¿es una proposición?
- Coronel: aha... una sociedad, al 50 por ciento.
- Monco: ¿y por qué he de aceptar?
- Coronel: pongamos que por tres razones. Primera ellos son 14 (...) la segunda razón es que los 14 pudieran convertirse en 15 y ese otro podría ser yo. Y la tercera que cuando dos regimientos atacan la misma posición, inevitablemente terminan disparándose entre ellos.
- Temas: venganza, atraco, asesinato, robo, recompensa, persecución.
- Puntos positivos: genial banda sonora, realización y puesta en escena artesanal y con estilo propio, gran belleza visual.
- Puntos negativos: mucho efectismo.
- Películas similares: Por un puñado de dólares (1964) El bueno, el feo y el malo, ¡Agáchate, maldito! (1971).
