La matanza de Texas. Original

1974. The Texas Chain Saw Massacre. USA. Director: Tobe Hopper.

La matanza de Texas, película

The Texas Chain Saw Massacre, 1974


Mi alegato contra la violencia

La matanza de Texas (1974), película original o versión antigua, es un filme que prohibieron varios países como Reino Unido y Australia en el momento de su estreno. También es la producción perfecta para denunciar la perversión a la que puede llegar el cine, acompañada de la complicidad mayor o menor de los espectadores, entre los que me incluía, a mi pesar.

Este esperpento y deleznable pseudo producto tuvo buena parte del beneplácito del público de la época, siendo la 14ª película más vista en USA de 1974, por delante en recaudación de buenas obras como Chinatown, Primera plana o Alicia ya no vive aquí.

A la Bryanston Picture, productora del film adulto Garganta profunda (1972), le salió la jugada redonda consiguiendo 30,8 millones de dólares en Estados Unidos, con una inversión menor a 100.000.

La matanza de Texas

Cuando vi esta película, debía ser un adolescente de 14 años que tenía que cerrarse los ojos para no contemplar tanto exceso de agresividad. La matanza de Texas se había convertido en un film de culto a las perversiones más bajas y sádicas de la humanidad, como seis años después lo sería Holocausto canibal (1980) y era casi una obligación verlo, para "estar a la moda".

Ésta no es la típica producción que se vea por su historia positiva, enseñanzas morales, puntos cómicos o virtuosismo técnico. Esta película se ve por el pseudo morbo alimentado por las atrocidades de una familia de locos, en la que se incluye aquel descerebrado de la motosierra que aparece en portada llamado Leatherface.

La matanza de Texas tuvo el "gran mérito" de ser el primer film con éxito comercial de extrema violencia, cosa que con el tiempo ha ido degenerando en toda una variedad de especímenes que se suman a esta "fiesta" de "charcutería humana", como la saga Saw (2004) o Hostel (2005), sin adentrarme en otras producciones enfermizas como Guinea Pig (1985) o Grotesque (2009).

La matanza de Texas, 1

Abro ahora una reflexión sobre el acúmulo de cine agresivo que inunda las pantallas.

Disiento un poco sobre la idea de la "lírica o el arte de la violencia", que algunos utilizan para apoyar a películas casposas como La matanza de Texas o pseudo intelectuales como Funny Games (1997) del controvertido Haneke, porque considero que el arte tiene que tener siempre un punto de vista ético, tanto en la forma como en fondo

Cuando era adolescente llegué a considerar buenas a películas como Suspiria (1976), Braindead (1992) o El dentista (1996), dejándome llevar por el discurso juvenil de experimentar con nuevas sensaciones.

La matanza de Texas, 2

Pero he ido cambiando con el tiempo y explicaré las razones:

(1) Cada vez estoy más convencido de que los medios de comunicación (y no sólo el cine) podrían ser un buen instrumento educativo, pero lamentablemente se apela al morbo y a los instintos de sadismo en el que todos podemos caer influidos por los demás, más aún, bajo el impacto de la publicidad.

(2) El problema afecta, sobre todo, a los adolescentes. Yo recuerdo el instituto, además de como un lugar de aprendizaje, como un espacio agresivo, sobre todo en los recreos, pero incluso también en las aulas cuando el profesor o profesora se ausentaban.

Se trataba de un espacio donde unos atacaban a los otros. Estaban los grupos de matones de tres al cuarto, los conejillos de indias víctimas de los abusos y una inmensa masa de cómplices activos o pasivos que no ayudaban a resolver las cosas. Y cuando hablo de violencia no sólo me refiero a la física, también a la verbal, al hecho de que haya personas que sean insultadas por su forma de ser, su aspecto físico, su preferencia sexual o simplemente, por llevar una vida diferente al resto del rebaño.

(3) Y es que el aumento de la agresividaded en los medios de comunicación parece que ha ido parejo a la violencia de las aulas. Si leemos la prensa, parece que la cosa ha ido a peor con el fenómeno del bullying y el acoso ha llegado a los propios profesores.

Ahora, un alumno adolescente no sólo es el hazmerreír de unos matones sin corazón, sino que el acto delictivo aumenta al colgarse la paliza o los insultos que recibió en la web, para que pueda reírse todo el mundo de él o ella.

La matanza de Texas, 3

(4) Estos adolescentes de ayer y hoy no hacían otra cosa, en gran parte, que reproducir la violencia que les rodeaba. Y ahí no se salvan ciertas películas, series, etc. ya sea de producciones de psicokillers como La noche de Halloween (1978) Viernes 13 (1980), Hellraiser (1987)..., o también de las algo menos criticadas películas de acción como Rambo (1982) o Robocop (1987), lo que no evita que algunas de ellas puedan ser "entretenidas".

Hay miles así y todas ellas fueron obras buenas desde mi visión de un chaval de aquella época, porque el contexto de agresividad nos afecta a todos. Y no diré que todas ésas sean películas deplorables, más bien se trata de producciones que deberían ver adultos con un sentido ético que la escuela no está siendo capaz de inculcar por razones determinadas.

(5) El debate podría estar en controlar más el acceso de niños/as y adolescentes a contenidos especialmente sanguinarios. Sin embargo, tampoco podemos caer en la censura, lo cual generaría el efecto contrario de atraer a más público, seducido por entrar en el "terreno prohibido". 

(6) La verdad es que no tengo muchas soluciones al problema de cómo abordar los contenidos atroces. Pero, al menos, yo he decidido no premiar las películas especialmente agresivas como Funny games y directamente mandar al 1 o al 0 a productos como La matanza de Texas...

Al menos, sé que no estoy sólo en mi cruzada contra la violencia extrema y encuentro cada día nuevos usuarios que comparten conmigo que tanto Saw como la película que nos ocupa, entre otras, son una muestra de carnicería enfermiza.

La matanza de Texas, 4

(7) Si con alguien tenemos que ser sinceros es con el historial de nuestra propia adolescencia, con lo que hemos vivido y experimentado. Y no es justo que, al entrar en la adultez, nos planteemos olvidar toda una etapa adolescente donde la violencia gratuita campaba por las aulas (y fuera de ellas).

No es justo que nos olvidemos de que la violencia contenida que todos teníamos en esas edades era, en buena parte, el producto de los mensajes agresivos del cine y la televisión, además de otros contextos familiares o de amistad que nos afectaban y afectan.

(8) Cuando todos fuimos adolescentes, vivimos esta etapa de paradoja entre los buenos ideales para cambiar el mundo y rebelarnos contra el conservadurismo de nuestros mayores; pero, a la vez y con frecuencia, nos servimos en nuestras acciones de herramientas en ocasiones poco tolarentes, que nos proporcionaban películas y series de killers despiadados o pseudo héroes de acción. 

Y es que no hay que olvidar que somos el producto de lo que hacemos, experimentamos y vemos... sobre todo en las etapas de la infancia y la adolescencia.

La matanza de Texas, 5

En definitiva, esta reflexión a propósito de La matanza de Texas es extrapolable a todos los pseudo films de agresividad extrema, y gratuita que pululan por ahí, que alguna vez nos han seducido a todos y todas.

Sin embargo, hay que considerar que no todo lo que nos gustó cuando fuimos niños/as o adolescentes merece una aprobación. Y es que está demostrado que, en un contexto de violencia, es muy frecuente que las víctimas acaben desarrollando el síndrome de Estocolmo

Pero es gracias a la perspectiva y madurez de los años que todas las personas podemos rebelarnos contra la agresividad extrema a la que nos han sometido los mass media, bajo el imperialismo cultural militarista de USA, a la vez que solidarizarnos con el niño/a y adolescente que fuimos, quien no se merecía ser partícipe de las agresiones que nos rodeaban en la escuela y fuera de ella.

Y una última consideración. Esta crítica a modo de reflexión en ningún caso se dirige contra los usuarios que consideran estimable a La matanza de Texas. Como digo, yo fui el primero al que le "entretuvo" hace tiempo inducido por esa consideración de clásico de la transgresión que a menudo se le da. 

Simplemente, he decidido y me consta que otras personas también, que no merecen premiarse pseudo clásicos de la violencia extrema.