1982. La espada de los bárbaros / The sword of the barbarians. Italia: Director: Michele Massimo Tarantini
El tiempo, señor del olvido, ha borrado de la mente humana aquello que fue. Ahora yo, testigo de la noche de los tiempos, quiero narraros las cruentas luchas entre el mal y el bien. Las fuerzas del mal sólo generan maldad; más el bien, antepone la bondad (narrador, trailer).
Siguiendo la estela de Conan, el bárbaro
La espada salvaje de Krotar, film de 1982, también conocida como La espada de los bárbaros, es una irregular película del subgénero de mazmorras o de brujería y espadas, que nació al albur de Conan el bárbaro (1982). Tanto es así, que se trata de una producción estrenada en el mismo año que el clásico film de John Milllius.
Las películas italianas que todo lo imitan
Se observa que los italianos que produjeron la película se dieron una extraordinaria prisa en rentabilizar el éxito de este súbgnero. Sin embargo, siendo justos, habría que citar antes de film que nos ocupa a Gunan, el guerrero, (1982) de Franco Prosperi que fue el primero en sacar rédito a esta temática, siguiendo la iconología creada entorno a Conan. No obtstante, en mi opinión la obra maestra de este género es Excalibur (1981), un año antes que Swarzenegger se convirtiera en el bárbaro más popular.
Una espada contra Krotar
Aunque el título español se llama La espada salvaje de Krotar el maligno Krotar no sale a lo largo de la película. Y es que no se entiende en este caso por qué no se respetó el título italiano Sangraal, la spada di fuoco (Sangraal, la espada de fuego), que hace referencia al nombre del protagonista y héroe del film.
La película es una historia de venganza al igual que lo es el relato de Conan. En ambos casos, las fuerzas del mal asesinan a la madre del protagonista (de Sangraal en este caso), además de matar a todas las personas que no se someten a los designios del malo de turno, ya sea Thulsa Doom en el film de Millius o la malvada Rani, en la película de Tarantini.
La producción La espada salvaje de Krotar carece de recursos técnicos suficientes para hacer un producto atractivo, además de mostrar una ausencia clara de actores carismáticos. Todo el reparto es muy olvidable. Quizás, se salva una banda sonora atractiva, aunque bastante inferior a la de Conan, en la que se inspira.
Serie B de baja calidad
Es una lástima que un film que tenía algo de seductor, pese a ser pura serie B, acabase con un final tan lamentablemente rodado, que no voy a comentar en lo narrativo. Sólo diré que la lucha es lamentable y parece más un combate de Pressing Catch, que algo digno de una película de brujería y espadas.
Los productores italianos se han caracterizado por explotar comercialmente el éxito de las películas norteamaricanas. No sólo lo vemos en La espada salvaje de Krotar sino en la posterior Thor, el poderoso (1987), otra película con un argumento muy similar, donde la muerte de los padres del protagonista le llevará a éste a buscar la venganza contra el malvado Gunt.
En todo caso, este tipo de producciones resultan muy atractivas, para los que nos gusta el universo de Conan y producciones mitológicas como "El señor de los anillos" o de magia y medievo tipo El señor de las bestias (1982), Lady Halcón" (1985) o Masters del universo (1987).
Mundos mitológicos
La espada salvaje de Krotar es una mala película, pero al menos nos da la oportunidad de poder sumergirnos una vez más en esos mundos fantásticos con laberintos, cuevas, templos, caballos, personajes sombríos, tipos hercúleos, espadas, magia, arcos y flechas, ambientaciones naturalistas, etc.
La indumentaria de los protagonistas de este tipo de películas es muy atrevida. Alguien puede empezar a rastrear por aquí los orígenes del culto por el cuerpo actual. Hasta la malvada Rani resulta muy provocativa, mostrando sus pechos descubiertos ante la cámara. Así pues, el componente sensual de este tipo de producciones que imitan a Conan no puede ser soslayado. El público no sólo buscaba un divertimento de mamporros, sino recrearse con atractivos cuerpos fornidos que se mostrasen sin ropajes. Pero eso es algo que ya pocos reconocerán.
Dedico esta crítica o comentario al protagonista del film Pietro Torrisi, que protagonizaría al año siguiente El trono de fuego, para los que no tenían bastante con verle en gayumbos en éste y en el anterior film Gunan el guerrero, 1982. Hay quienes siempre preferirán el original: Swarzenegger.
- Puntos positivos: participar de un género incipiente en aquel entonces.
- Puntos negativos: realización mala.
- Puntos positivos: participar de un género incipiente en aquel entonces.
- Puntos negativos: realización mala.
(producciones italianas de brujería y espadas de serie B)
- La gruta de la rosa de oro (Prinzessin Fantaghirò), 1991, de Lamberto Bava
- Alisea y el príncipe de los sueños, 1996, de Lamberto Bava
- La conquista de la tierra perdida (Conquest), 1983, de Lucio Fulci
- La gruta de la rosa de oro (Prinzessin Fantaghirò), 1991, de Lamberto Bava
- Alisea y el príncipe de los sueños, 1996, de Lamberto Bava
- La conquista de la tierra perdida (Conquest), 1983, de Lucio Fulci
- Los bárbaros, 1987, de Ruggero Deodatto
- Athor 2, el invencible, 1984, de Joe D´Amato
- El trono de fuego, 1983, de Franco Prosperi
- Thor el conquistador, 1983 de Tonino Ricci
- Athor, el poderoso, 1982 de Joe D´Amato
- Gunan, el guerrero, 1982, de Franco Prosperi
(producciones españolas de brujería y espadas de serie B)
- El caballero del dragón, 1985, de Fernando Colomo
- Hundra, 1983, de Matt Cimber
- Tunka, el guerrero, 1983, de Joaquín Gómez Sainz
- El caballero del dragón, 1985, de Fernando Colomo
- Hundra, 1983, de Matt Cimber
- Tunka, el guerrero, 1983, de Joaquín Gómez Sainz
(producciones estadounidenses de brujería y espadas de serie B)
- Tarón y el caldero mágico, 1985, de Ted Berman
- La reína de Barbaria, 1985, de Héctor Olivera
- El guerrero y la hechicera, 1984, de John C. Broderick
- Deathstalker, el último guerrero, 1983, de James Sbardellati
- El dragón del lago de fuego, 1981, de Matthew Robbins
(producciones turcas de brujería y espadas de serie B)
- Altar, 1985 de Remzi Jöntürk
