1978. National Lampoon´s: Animal House. USA. Director: John Landis.
Desmadre a la americana, 1978, de título original National Lampoon's Animal House es la tercera película más taquillera del 1978, año en que Grease y Superman, reventaban las taquillas (fuente: Wikipedia inglesa).
La película está rodada por el el maestro John Landis, autor de grandes éxitos en los años ochenta como Granujas a todo ritmo (1980), Un hombre lobo americano en Londres (1981) o Entre pillos anda el juego (1983).
Al acercarse a esta obra, es necesario tener en cuenta su carácter pionero entre las películas de adolescentes/juveniles desenfrenados en un ambiente colegial, posición que comparte con la más desconocida producción israelí "Polo de Limón" (1978).
Multitud de películas nacerían tras el éxito de Desmadre a la americana como: Porky´s (1981) y sus secuelas, Aquel excitante curso (1982), Juegos de amor en la universidad (1985), Todo en un día (1986), Algo pasa con Mary (1998), American Pay (1999), Viaje de pirados (2000), Supersalidos (2007), etc
La película resulta un poco pesada de digerir si la comparamos con la multitud de producciones del género que se ofertan en el mercado. Surge en un momento en el que las salas de cine dejan de dirigirse a un público adulto como target principal, pasando a ser los adolescentes y jóvenes los receptores privilegiados para los que trabajarán los estudios del mainstream estadounidense.
No obstante, no es posible olvidar que en este tipo de producciones, como Desmadre a la americana no todo fue un canto a una juventud alocada y descontrolada, irreal en el contexto social del momento, pero superada por las circunstancias de los adolescentes de hoy en día. En todo caso, hay que decir que hubo películas como El club de los poetas muertos (1989) que nos mostraron el otro lado de los ambientes colegiales, el aspecto más dramático, de seres que luchan por superarse y encontrar su yo. Así, son partícipes de esta tradición más intimista propuestas como El club de los cinco (1985) o Profesor Holland (1995), entre los escasos títulos.
En todo caso, la corriente intimista del ambiente colegial/estudiantil representa una clara minoría frente a la transgresora y alocada. No dejan de ser dos caras de una misma moneda. En mi opinión, ninguna de ellas tiene todas las claves que retraten la complejidad que rodea a los adolescentes/jóvenes.
En todo caso, es una lástima que no hayan proliferado más películas del estilo de El club de los poetas muertos, que ofrecen un mensaje más profundos que propuestas como Desmadre a la americana Aunque en el fondo ambas abordan el tópico de aprovechar el momento "carpe diem", la película de Landis representa la transgresión como fin; en cambio, en el film de Peter Weir la transgresión puede ser más bien un medio que nos lleve a crecer como personas, siendo críticos antes las injusticias que nos rodean.
Dedico esta crítica o comentario a los amantes de la comedia adolescente, que nunca viene mal para momentos depresivos o nostálgicos.
