1964. USA. Director: Robert Stevenson.
La película que todos los niños y niñas deberían ver.
Mary Poppins (1964) es, además de una de mis diez películas favoritas de la Historia del Cine, la tercera producción más taquillera de 1964, año en que la oscarizada My fair Lady o Goldfinger dominaron la taquilla cinematográfica. Con el paso del tiempo se ha convertido en un verdadero clásico del cine infantil.
La película nos cuenta las aventuras de unos niños muy traviesos, que han provocado la auto-dimisión de todas sus niñeras, por lo que tienen a sus padres en un apuro. Sin embargo, la llegada de Mary Poppins, una institutriz de lo más extravagante, hará que los niños aprendan a ser más responsables, a la vez que disfruten y valoren el trabajo y la capacidad para ser ordenados, sin dejar de perder la ilusión por la vida.
La película puede concebirse como un film de iniciación mágica a la vida adulta. Mientras que una gran mayoría de films introducen pruebas de valor y y experiencias traumáticas con las que los protagonistas adquieren la madurez, en Mary Poppins tenemos todo lo contrario. La película nos dice que es posible crecer y hacerse adultos, sin perder de vista la ilusión por la magia de la vida, por los momentos divertidos que no hay que dejar pasar.
Mary Poppins (1964) es una película que nos enseña a ser optimistas, que nos sugiere que la vida no tiene por qué ser de tonos oscuros, sino que debemos abrirnos a todo su color y diversidad, a valorar lo distinto y lo creativo. Es por tanto, una película no apta para personas pesimistas, negativas, antisociales y aisladas del mundo, a no ser aceptemos la premisa de que los caracteres opuestos se atraen.
Lo ve, yo trato de ponerme triste. Lo intento de veras, pero todo lo que digo me resulta gracioso, no puedo remediarlo (tío Albert).
Lo ve, yo trato de ponerme triste. Lo intento de veras, pero todo lo que digo me resulta gracioso, no puedo remediarlo (tío Albert).
La película tiene ingentes escenas humorísticas que resultan verdaderas piezas argumentales en sí mismas, como: las carreras de caballos de tiovivo; la ordenación de los trastos de la habitación mediante el chasqueo de los dedos; o la visita al tío Albert, y la narración de sus peculiares chistes.
Entre los aspectos negativos de la película, Mary Poppins podemos decir que se esconde toda una serie de valores de aceptación de la economía capitalista, la cual se muestra como el orden perfecto al que todo niño o niña debe ajustarse desde su más tierna infancia. El ahorro y la relación entre las personas y el sistema bancario se presentan como realidades indisociables. Así, le dice el banquero a los niños que van a abrir una cuenta mediante dos peniques:
Si a dos peniques sabes buen empleo dar, ganas más. En el banco siempre aumenta el capital. Es normal (banquero).
Se nos viene a decir que la buena persona es aquella que aprende que los bancos son los mejores gestores de su dinero, los únicos capaces de salvaguardar su futuro cuando uno entre en la vejez. ¡Mensaje que se ha demostrado falso, dado que los bancos no son realidades santíficas, como la película señala!
Se nos viene a decir que la buena persona es aquella que aprende que los bancos son los mejores gestores de su dinero, los únicos capaces de salvaguardar su futuro cuando uno entre en la vejez. ¡Mensaje que se ha demostrado falso, dado que los bancos no son realidades santíficas, como la película señala!
En todo caso, salvando sus aspectos negativos que no son baladí, la película Mary Poppins es todo un prodigio del cine infantil y musical, que nos habla de la importancia de tomarlos la vida con humor, sin descuidar nuestras responsabilidades.
- Puntos positivos: gran banda sonora: excelente actuación de Julie Andrews y Dick Van Dyke; buenos efectos musicales; relato de interés.
- Puntos negativos: su ensalzamiento del sistema capitalista.
- Chiste antológico de Mary Poppins
Dos chiquillos encantadores, Jane y Michael, se encuentran un día en la calle. Jane le dice a Michael "conozco a un hombre con una pata de palo que se llama Smitht". Y Michael le responde: "¿de veras? ¿Y cómo se llama la otra pata?
Un apunte
Antes de nada, haré un pequeño inciso contra quienes califican esta película y a sus seguidores de cursi, algo que se puede leer en algunos portales de cine de mini-opiniones, o mini-frases que circulan por la red.
Según el Diccionario de la RAE, cursi tiene que ver con el refinamiento expresivo pretencioso, es decir con aquel o aquella que tratan de mostrarse elegantes o perfeccionistas, sin conseguirlo.
Según el Diccionario de la RAE, cursi tiene que ver con el refinamiento expresivo pretencioso, es decir con aquel o aquella que tratan de mostrarse elegantes o perfeccionistas, sin conseguirlo.
Así pues llamar cursi a una persona que le gusta el cine infantil como Mary Poppins es una muestra total de desconocimiento de la lengua española. Los amantes de Mary Poppins, que somos muchos y muchas, podremos encajar en otras etiquetas, que nunca están de más, pero nunca cursis. Podremos estar entre los aficionados al cine infantil, al musical, a la comedia fantástica, a la creencia en la magia, al optimismo en la vida, al romanticismo hacia el colorido de la vida, a la capacidad para dejar volar nuestra imaginación, etc... Así que los detractores de Mary Poppins, que nunca faltan, que vayan buscando otras etiquetas para catalogarnos, si es que les aficiona esto de poner calificativos a los demás.
