1994. USA. Director: Robert Zemeckis.
Una embajadora de lujo
Forrest Gump es una de las películas más importantes del séptimo arte. Dudo que sean muchos los que no la hayan visto aún. Y también dudo que alguien no conozca al menos su existencia, ya que fue uno de esos títulos míticos del año 1994. Una película aclamada por la crítica y muy querida por el público, que sin embargo, encierra un trasfondo pro-USA que puede ser cansino.
La película Forrest Gump es una producción que sabe tocar la fibra sensible del público. Es imposible no sentir compasión por el protagonista, identificarse con su historia de superación, de amor hacia Jenny, de conflicto bélico. Resulta difícil no enamorarse de una persona con tanta bondad y capacidad para ayudar a los demás. Cuando uno esta viendo la película quiere y desea lo mejor al bello protagonista que logra entrar en el corazón del público.
Sin embargo, la película no sólo es un relato sencillo centrado en un personaje cotidiano con dificultades expresivas y aparente retraso intelectual, sino que es la esencia de los valores que sustentan el Imperio: los Estados Unidos.
Como relato, es la historia de superación de un joven con ciertas discapacidades motoras y de comunicación. La película nos muestra que cualquier persona puede vencer sus limitaciones y escalar en la sociedad, si es disciplinado y trabajador, si lucha por conseguir lo que quiere y es buen patriota.
Enlazando con el patriotismo, no hay que olvidar que el film puede entenderse como un compendio de la filosofía de los Estados Unidos, basada en la competitividad y la cultura emprendora. Pero a la vez, Forrest Gump nos muestra a USA como una potencia bélica de primera magnitud, que lucha por imponer su orden allá donde pone su mirada sobre otros países. La Guerra del Vietnán, tan bien reflejada en la película, ha quedado en los anales como una intromisión de los Estados Unidos en el resto del mundo con el fin de extender la ideología capitalista.
A pesar de ser un producto con mucha ideología capitalista, la película Forrest Gump sorprende por la calidad y eficacia con las que se nos narran los pilares del imperio de USA. Tom Hanks consigue ejecutar a la perfección el prototipo del ideal estadounidense de superación, competitividad y patriotismo, pero a la vez se nos muestra como un ser carismático dispuesto a la caridad y las buenas obras. Perfecto retrato que habitualmente exporta Estados Unidos de sí.
Queremos a Tom Hanks por haber dado en el clavo al representar los valores medios del estadounidense de los años 70. La película puede no ser del gusto del partisano de izquierdas fan de Michael Moore, pero no cabe duda que es una obra maestra en su ejecución y puesta en escena. Una embajadora de lujo.
El director de Regreso al futuro, Robert Zemmeckis demostró en este film que también tiene talento para el drama con tintes cómicos. Aunque es más fácil salir airoso del género si cuentas entre tus actores con Tom Hanks o Gary Sinise.
En definitiva, no hay mejor película como Forrest Gump para conocer a fondo el engranaje de los Estados Unidos de América.