Las pesadillas de Freddy

1988. A Nightmare on elm street. Freddy´s Nighmares. The series.

Las pesadillas de Freddy, 4
Freddy´s Nighmares, 1988


La atmósfera de Elm Street en sesión continua

Las pesadillas de Freddy (1988-1990) es una serie que rinde culto al mito de Freddy, creado por Wes Craven. Con ella, Springwood, el pueblo en que Freddy tiene su base de operaciones, alcanza la categoría de lugar mítico, mientras que el villano de las garras afiladas pasa a un lugar muy secundario.

Las pesadillas de Freddy, 1

Recuerdo cuando vi la serie por primera vez en televisión a horarios de madrugada en Telecinco. Yo debía tener uno 11 años y en aquel entonces mis padres me restringían algunos films como Alien. Sin embargo, pude levantarme de madrugada varias noches, mientras ellos dormían, a "disfrutar" de nuestro personaje maquiavélico.

Las pesadillas de Freddy, 2

También recuerdo que en aquel entonces no tenía muy claros los límites entre la serie y las películas de Freddy. Es decir, en el fondo, lo que me atraía, como supongo que a muchos adolescentes era disfrutar de Krueger, que después de todo era un icono de la pantalla. Se trata de un personaje maligno, pero que tiene algo de seductor.

La serie ha recibido muy malas críticas. Y es que es cierto que la calidad de los episodios es irregular, pero los amantes de Elm Street no pueden olvidarla. Tiene una música y atmósfera siniestras que entroncan con la saga de cine, con un genuino sabor ochentero.

Hay varios aspectos que difieren entre la saga de películas y la serie Las pesadillas de Freddy. Por un lado, ahora Freddy hace intervenciones hablando directamente al espectador, rompiendo la estructura dramática del relato. Ahora Freedy no es sólo protagonista sino también director de escena. Así nos adelanta cuáles son sus propósitos. Esto puede ser de interés para el público infantil. Sin embargo, la audiencia más madura puede encontrarse a Krueger de lo más ridículo.

Las pesadillas de Freddy, 3

Un fallo grande de la serie tiene que ver con la forma de operar de Freddy Krueger. En esta ocasión, no es necesario que los personajes estén durmiendo para que el malvado personaje se introduzca en sus sueños, sino que en muchos de los episodios aparece en escena creándose una realidad paralela entre el resto del mundo y sus víctimas.

Los seguidores de la saga encontrarán que la serie resulta apatecible por varias razones:

- una estética de los ochenta muy marcada: peinados alborotados, ropa casual e informal, diálogos marchosos, etc.;
- sucesiones de comportamientos extraños;
- personajes adolescentes desbordados por  el contexto estudiantil; 
- intromisión en la perturbación a la que se ven sometidos los protagonistas; 
- juego con las creencias de los personajes y con la idea de verdad y sueño, lo real y lo irreal; 
- otros elementos como el desconcierto, la muerte sin causa aparente, el ensimismamiento y el solipsismo en los personajes. 

A todo lo anterior, hay que añadir que las ensoñaciones de los protagonistas siguen teniendo un papel clave en el desarrollo de la trama, con sus aspiraciones idealizadas y las cortapisas familiares.

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Cabe destacar los créditos de inicio y finales de la serie, rodeados de un halo asfixiante. La casa del inicio de la serie tiene un tono hechizante, con ese color morado y ventanas roja y verde. Sin duda, el episodio primero Acabar con Freddy es clave, ya que explica el origen de Freddy como asesino de los sueños.

Recomiendo también el episodio Que vida tan desgraciada, donde Brian, un joven camarero, debe pasarse toda la noche a cargo de la hamburguesería. Cuando, debido al cansancio, comience a dormirse en su trabajo, comenzarán los problemas.

También es interesante el episodio 9 llamado Sexo seguro en el que un excéntrico adolescente trata de buscar un ligue con una joven muy extraña que adora a Freddy Krueger. Sin embargo, un Freddy celoso acabará con la vida del chico para que su seguidora sólo piense en él.

Las pesadillas de Freddy, 6

La verdad es que la serie de Las pesadillas de Freddy me gusta. Estamos ante 44 episodios que, si bien no logran la intensidad, calidad y eficacia de la saga, son recomendables para verlos en aquellos días en que uno quiere sumergirse en el universo ochentero del cine fantástico.