1994. Serial Mom. USA. Director: John Waters.
Vicios privados y virtudes públicas
Los asesinatos de mamá (1994) es un film bastante entretenido del polémico director John Waters, que tiene la virtud de recuperar del cine de comedia negra.
A la hora de adentrarse en un film de John Waters uno siempre tiene un poco de precaución, ya que no sabe a ciencia cierta por dónde puede ir la jugada, si saldrá algo bochornoso como Pink Flamingos (1972) o si por el contrario estaremos ante una genialidad del estilo Cry baby (1990). Los asesinatos de mamá pertenece a esta segunda rama.
Así pues, hay que ser justos a la hora de puntuar un film, por encima de las excentridades de su director. Ya estamos acostumbrados a encontrarnos que un mismo creador como Pasolini pueda llevar a cabo obras maestras (Las mil y una noches, 1974) y repulsivas del estilo (Saló o los 120 días de Sodoma, 1975).
En este sentido, la evolución de Waters en el cine muestra la depuración de un estilo que abusaba en exceso del barroquismo y la zafiedad explícita, para desarrollar obras más minimalistas y sugerentes, sin perder su peculiar mirada cínica y kitsch.
Si tuviéramos que comparar la evolución del cine de Waters con algún otro referente, podríamos citar a Pedro Almodovar, quien empezó su trayectoria con trabajos transgresores y undergrounds muy corrosivos como Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón (1980), terminando por abrazar una estética muy depurada del estilo Los abrazos rotos (2009) o La piel que habito (2011).
En todo caso, la progresión de Almodóvar va más allá de la mera depuración de un estilo, ya que este director ha sido capaz de encontrar una mirada creadora como pocos, a la hora de retratar la realidad.
Los asesinatos de mamá (1994) es una gran película en clave de comedia negra. Evidentemente, el film no admitiría un pase si hubiera adoptado un tono realista o de comedia a secas. Sin embargo, la comedia negra permite una licencia como pocos géneros para predisponer al espectador a aparcar su sentido ético y dejarse llevar por la lírica festiva del absurdo. Es un género poco explotado, digno de los gourmets más exquisitos y propio de aquellos que gustan de un humor inteligente, no basado en las meras muecas o chistes zafios.
La película no es más que la puesta en escena de una madre de familia, aparentemente corriente y tradicional, reconvertida en serial killer de tono hogareño, con la pretensión de “salvaguardar” el honor familiar. El contrapunto perfecto lo encontramos en esa familia de seres excéntricos, con roles muy distintos: el padre anodino que vive en Babia, el joven hijo idealista que ama ciegamente a su madre y la joven hija incrédula y sorpresiva a un mismo tiempo.
La película nos sugiere que la familia perfecta no existe y que en todos los hogares hay siempre disrupciones, tensiones y dramas. Evidentemente, el recurso al asesinato es una licencia surrealista, que se excede con creces de los acontecimientos de las vidas del común de los mortales. Quizás esto pueda despertar la ira de muchos censores y cierta cautela no está nunca de más. Sin embargo, advirtamos que el tono de comedia negra del film es un aviso importante para lectores (espectadores), además de que en ningún caso el público pueda llegar a identificarse con la madre asesina, ya que únicamente le genera una “absurda simpatía”.
Kathleen Turner repite papel de mujer psicópata que había desarrollado en La guerra de los Rose (1989), en compañía de Michael Douglas, aunque con un papel ensalzado en esta ocasión a la décima potencia. Es indudable que se trata de una actriz que se maneja muy bien en los registros de comedia negra, ya que su rostro es único en expresar estados de cinismo. Sin duda, se trata de una estrella no lo suficientemente reconocida, teniendo en cuenta sus fabulosos trabajos en obras como Fuego en el cuerpo (1981), El honor de los Prizzi (1985), Peggy Sue se casó (1986) o Interferencias (1988).
Como curiosidad, cabe señalar el espectacular adelgazamiento de la carismática actriz Ricki Lake, la chica gordita protagonista de Hairspray (1998) y secundaria en Cry baby (1990), ahora interpretando a la joven Misty, la hija de Beverly (Kathlenn Turner ).
En definitiva, Los asesinatos de mamá es una comedia negra ingeniosa, digna de los paladares más exquisitos, que despotrica contra los convencionalismos sociales, a la a vez que se ríe de sí misma.
- Temas: la psicopatía, la desestructuración familiar, el asesinato, el honor familiar, la hipocresía social, los vicios privados y las virtudes públicas, los convencionalismos absurdos.
- Mensajes:
(1) La familia puede no ser el lugar más seguro y confortable para las personas.
(2) La locura y la cordura son dos polos que se atraen.
(3) La sátira puede ser una buena medicina contra la hipocresía social.
- Frases elocuentes:
.(1)- “A pesar de lo que sea vuestra madre, seguiremos queriéndola”.
.(2)- “Chip, nuestra madre es una Charles Manson”.
- Películas similares (comedia negra, asesinatos y familia): Arsénico por compasión (1944), Cómo matar a la propia esposa (1965), ¡Por favor, maten a mi mujer! (1986), Tira a mamá del tren (1987), La guerra de los Rose (1989).
- Puntos positivos: mirada ácida de la realidad, sugerente fotografía, diálogos ingeniosos, genial interpretación de Kathleen Turner.
- Puntos negativos: algunas escenas resultan un poco gores. Quizás se echa de menos un mayor tacto a la hora de explicitar algunas imágenes.
