1990. La sombra del amor. USA. Director: Jerry Zucker.
Un amor inmortal que estremece a los corazones
Ghost, más allá del amor (1990) o La sombra del amor en América Latina es uno de los éxitos más contundentes del cine comercial de la década de los noventa, recaudando 507,6 millones de dólares, tan sólo habiendo invertido 22M (fuente: IMDB). Es además, la segunda película más vista de 1990, año en que Solo en casa era líder absoluto de taquilla en USA. (fuente: Boxofficemojo).
La película es la historia de un hombre que, tras morir asesinado y pasar a ser un espíritu, decidirá quedarse en la Tierra hasta vengarse de sus malhechores y salvaguardar a su amada de que acabe como él a manos de los asesinos.
Tras esta historia aparentemente insustancial, se esconde una de las más bonitas historias de amor que haya dado jamás el cine comercial. Curiosamente, fue estrenada el mismo año que Pretty Woman, que ocupa la cuarta posición de las más vistas aquel año (la tercera del ranking es Bailando con lobos, otra historia marketinina al servicio de un concepto del amor prefabricado.
Es frecuente que se compare a Ghost con Pretty woman, ya que ambas explotan la idea romántica de la pareja y del amor, más allá de la realidad funesta que envuelve a los personajes: en Ghost es la muerte del protagonista Patrick Swayze; en Pretty woman es el ejercicio en la calle de la protagonista Julia Roberts.
Sin embargo, a pesar de compartir un género de lo romántico y un diseño de producción altamente mercantilizado, ambas propuestas no son comparables en su trasfondo. Mientras que Pretty woman es un canto triunfal al mundo del business que todo lo puede; Ghost se conforma con apelar a una historia sencilla de sentimientos y sacrificios. Mientras que la primera ofrece un planteamiento ético perverso de la vida, en Ghost sólo chirría su trasfondo cristiano a la hora de dar respuesta al interrogante de lo que nos espera tras la muerte. Más allá de eso, el romance de Pretty Woman aparece contaminado por el poderoso dinero, un realidad muy tangible, material. En cambio, en Ghost, se aborda un romance inmaterial, incorpóreo, un amor que va más allá de lo mundano y entronca con lo más profundo del alma. Tal vez, un amor de predicamento cristiano, pero que cualquier persona más allá de su religión puede encontrar loable.
Ghost es de aquellas películas que te genera multitud de preguntas cuando la ves. Y más si eres un adolescente. ¿Existe la vida después de la muerte? ¿Es posible que haya espíritus conviviendo entre nosotros? ¿Hay un cielo y un infierno para todas las personas? Se trata de preguntas muy básicas, a las que cualquier adulto ya ha dado su respuesta, incluyendo la opción evasiva de eliminar las propias preguntas de sus dilemas existenciales.
En todo caso, la virtud de la película está en su guión original, al servicio de un romance inmaterial, frente al que el espectador parece quedar desconcertado. El film consigue que cualquier espectador se enganche a las vicisitudes del protagonista, tratando de hacer frente al mundo de los espíritus y al mundo de los vivos en el que se haya, para lograr resolver el misterio de su muerte, vengarse de sus asesinos y proteger a su amada, a la que se siente unido de forma irrevocable, más allá de la trágica realidad.
El reparto protagonista de la película Ghost no consigue regalarnos interpretaciones brillantes, pero sí eficaces. No obstante, aunque Demi Moore y Patrick Swayze están sólo resultones, Whoppi Goldberg hace uno de sus mejores trabajos en la pantalla, una actuación verdaderamente magistral, de esas cuyo personaje acaba por formar parte de la iconografía del séptimo arte, que no es poco.
Demi Moore, la actriz protagonista, acabaría por desperdiciar su cotización estelar para hacer subproductos como Acoso (1994) o Striptease (1996) en los años siguientes. Patrick Swayze, que ya había logrado una legión de fans con Dirty Dancing (1987) tendría un gran momento de éxito, que no sabría aprovechar en lo venidero. Sin embargo, Whoppi Goldberg se convertiría en la estrella del momento, ganando el Óscar a la Mejor Actriz Secundaria y logrando la máxima popularidad con Sister Act: una monja de cuidado (1992), dos años después.
Como curiosidad, mencionar que 1990 fue el año de los fantasmas, ya que junto a Ghost, podemos también encontrar otros films como Ghost Dad con un carismático Bill Cosby o Black Ghost con los excelentes Bob Hoskins y Denzel Washington.
En definitiva, el núcleo cinematográfico de Ghost es poco relevante. Estamos ante una obra muy sencilla, casi un telefilm de sobremesa en cuanto al apartado más técnico. Sin embargo, la película va logrando capturar el interés del espectador gracias a elementos periféricos, como la actuación soberbia de la actriz secundaria Whoppi Goldberg, que le aporta al film una comicidad única; la gran banda sonora de Maurice Jarre y la canción Unchained Melody de Alex North; o el ingenioso guión original, no en vano merecedor de otro Óscar.
Si a los anteriores elementos periféricos, les añadimos un trasfondo romántico imperecedero y final tan contundente y emocional como el que ofrece la película, sólo cabe decir que Ghost, a pesar de su juego efectista de bajos vuelos, es una película que acaba por conquistarte poco a poco, dando el golpe estelar en la última jugada. Y es que hay veces que la traca final hace mucho en los espectáculos. Que se lo pregunten a los equipos de fútbol.
Esta crítica o comentario se la recomiendo a todas las personas que les gusta creer en cosas que van más allá de la realidad de los cinco sentidos.
Esta crítica o comentario se la recomiendo a todas las personas que les gusta creer en cosas que van más allá de la realidad de los cinco sentidos.
- Puntos positivos: su banda sonora, la actuación de Whoppi Goldberg, su notable guión y su trasfondo de amor imperecedero.
- Puntos negativos: film efectista, poco brillante en su ejecución técnica.
- Favorita de: Félix Redondo